viernes, 1 de enero de 2016

Guía Práctica para la lectura de Dark Justice

Desde hace varias décadas, una de las dificultades a las que tradicionalmente se han tenido que enfrentar los aficionados españoles a la hora de abordar la lectura de cualquier tebeo del Juez Dredd, ha sido la ausencia de antecedentes sobre aquello que se estaban leyendo. Esto ha acabado suponiendo un claro inconveniente a la hora de seguir el camino recorrido por el personaje, toda vez que la realidad editorial del Juez Dredd transcurre en una línea temporal que avanza siempre hacia delante, y además lo hace en tiempo real, lo que desde el punto de vista argumental crea una continuidad y unos antecedentes que a los aficionados españoles se nos acaban escapando. En este sentido, la reciente publicación por parte de Ediciones Kraken de Juez Dredd: Dark Justice, no puede decirse que haya sido la excepción a esta regla general tan consolidada en la trayectoria editorial del personaje en nuestro país.
En principio, parece bastante evidente que cualquier narración autoconclusiva puede leerse perfectamente de una manera aislada, pues al fin y al cabo no deja de ser sino una historia en sí misma, y todos, sin excepción, hemos empezado a leer comics de manera más o menos habitual por aquel punto en el que en un momento concreto nos los hemos encontrado. Sin embargo, también es verdad que cualquier cómic se disfruta más, o cuanto menos se lee mejor, si abordamos su lectura teniendo en cuenta su adecuado contexto temporal, sus antecedentes argumentales, las referencias existentes sobre los personajes, etc.
 
Si relacionamos todo esto con esta última saga del Juez Dredd que acaba de publicarse en nuestro país, la primera circunstancia que sería necesario tener en cuenta para introducirse con buen pie en su lectura es que Dark Justice resulta ser en sí misma una saga bastante excepcional, en el sentido de que John Wagner no tenía ninguna intención de volver a trabajar con los Jueces Oscuros, al considerar que ya había contado todo lo que quería contar sobre ellos y que éstos se encontraban en un punto en el que los cabos podían considerarse perfectamente atados y finiquitados respecto de todos ellos.
 
Esta negativa del escritor era bastante conocida y asumida dentro del fandom, toda vez que el propio John Wagner se había encargado de afirmarlo así durante los últimos diez años en todas aquellas entrevistas y convenciones en que se le había incidido sobre dicha cuestión; de hecho, siempre entra dentro de lo posible que la insistencia hubiera llegado a producirle un cierto rechazo a la idea de su regreso, aunque tampoco se puede afirmar nada con rotundidad porque las peticiones eran muchas, y no sólo de los propios aficionados, sino evidentemente de la propia editorial, que siempre ha tenido bastante en cuenta el carisma y el reclamo comercial de los Jueces Oscuros, en especial el de su líder, el Juez Muerte.
En esta situación, uno de los artistas más destacados del 2000AD (y seguramente de los más queridos también por el fandom alrededor de Dredd), el británico Greg Staples, fan de toda la vida de la saga original dibujada por Brian Bolland en los ochenta, decidió enviarle diferentes emails a John Wagner, adjuntándole con ellos algunas ilustraciones procedentes de una serie de encargos que en ese momento estaba realizando sobre los personajes y una declaración de intenciones sobre lo que podía hacer con ellos si Wagner llegaba a plantearse alguna vez traer de vuelta a los Jueces Oscuros.
 
Toda esa secuencia inicial de emails (al menos los que han sido publicados) la tenéis incluida en la edición de Kraken, por lo que no creo que haga falta extenderse mucho más sobre su contenido, toda vez que resulta bastante obvio que si el tebeo ha acabado viendo la luz es porque John Wagner acabó dando marcha atrás en su idea inicial sobre los Jueces Oscuros, seducido por las imágenes que le fue enviando Staples y encantado por las posibilidades gráficas del proyecto. Staples, por su parte, acabaría tardando más de dos años en dibujar el guión remitido por Wagner, lo que fue conllevando a su vez cada vez mayores retrasos en la publicación de la saga, que inicialmente había sido prevista para ser publicada a principios del pasado año 2014.
Centrada así la génesis artística de Dark Justice, otra situación que convendría tener en cuenta es el contenido con el que nos vamos a encontrar a lo largo de los once episodios que componen la saga. Y en este sentido, aparte de lo más obvio, que es el regreso de los Jueces Oscuros tras muchos años de ausencia, la “otra” inspiración argumental de la saga en la mente de John Wagner, aparte de evidente, no puede considerarse ningún secreto, toda vez que una de las frases promocionales que vino a acompañar a su lanzamiento (“En el espacio nadie puede oír tus gritos”) dejaba bien a las claras por dónde iban los tiros, al tratarse de la misma frase que en su día fue incluida dentro de los pósters y carteles cinematográficos de Alien, el Octavo Pasajero, la película originaria de la magnífica saga de ciencia ficción de la que Dark Justice ha venido a tomar prestada buena parte de su ambientación y el escenario principal en el que se desarrolla, esto es, el claustrofóbico interior de una nave espacial durante su travesía estelar, cuando por esas cosas de la vida, te encuentras atrapado en su interior con alguna forma de vida (en este caso no-vida) extremadamente peligrosa para la integridad de sus ocupantes.
Y lógicamente, además de estas consideraciones artísticas y argumentales, otra circunstancia que puede resultar interesante a la hora de movernos por la lectura de Dark Justice con un cierto conocimiento de lo que está sucediendo, sería situar a sus principales protagonistas y personajes secundarios en su contexto argumental antes de llegar al punto en el que se encuentran. Es decir, lo que en la terminología de los tebeos se suele conocer como “la historia hasta aquí”.
 
Ambientada a principios del año 2137, lo primero que hay que tener en cuenta es que Mega-City Uno acaba de atravesar hace apenas dos años una de las crisis más duras y más extremas a las que ha tenido que hacer frente a lo largo de su existencia: el llamado Día del Caos (Progs.1743-1789), toda una serie de ataques terroristas sucesivos y desarrollados en un periodo muy corto de tiempo (al más puro estilo de la serie televisiva 24, responsable de inmortalizar en el acervo cultural de nuestros días a la figura del agente Jack Bauer) llevados a cabo por agentes durmientes de la desaparecida Mega-Este Uno, en colaboración con grupos terroristas locales, como Total War o Rage (against the Megs), como venganza por lo sucedido treinta años atrás al final de la Guerra del Apocalipsis. Dichos ataques se desarrollaron contra las estructuras más esenciales del Departamento de Justicia y se vieron culminados con la liberación en la megaciudad de la llamada Plaga del Caos, un arma biológica producida por los propios científicos de Mega-City Uno, con efectos letales y bastante similares a los producidos años atrás por la Blockmania, que acabó dejando diezmada al 40% de su población, seriamente dañadas todas las estructuras de funcionamiento de la ciudad, e irreversiblemente cuestionada la imagen de los Jueces a ojos de los ciudadanos, que ya no ven al Sistema Judicial como la única opción capaz de protegerles y de mantener el orden en las calles. Al comienzo de Dark Justice, Mega-City Uno lleva dos años en situación de reconstrucción, siendo precisamente este el contexto en el que ahora se encuentran los Jueces Dredd y Anderson como principales protagonistas de la historia y representantes del Departamento de Justicia ante la nueva crisis que supone este último regreso de los Jueces Oscuros.
En este ambiente de ruinas y de posguerra en el que el día a día de la megaciudad y la credibilidad del Departamento de Justicia se encuentran todavía sujetos con alfileres, es en el que también debe enmarcarse la decisión de un gran número de los ciudadanos más ricos e influyentes de Mega-City Uno de abandonar la Tierra a bordo de la nave espacial Mayflower con la que comienza la historia, en este caso a la búsqueda de un planeta habitable en el que volver a empezar de cero gracias a la tecnología proporcionada por el siglo XXII. Dada la situación planteada, a nadie se le escapa el intencionado e irónico paralelismo entre el nombre de la nave espacial y el del famoso barco que condujo a los peregrinos a las costas norteamericanas de Massachusetts en el siglo XVII, aunque como ya os podéis imaginar, la historia de unos y otros no haya acabado exactamente igual a la luz de lo que sucede en las páginas de Dark Justice. Al fin y al cabo, esto no es el Canal Historia, sino el Juez Dredd, con toda la sátira e ironía que ello conlleva.
En cuanto a los villanos de la historia, los Jueces Oscuros, su actual situación parte inicialmente de su separación previa en el año 2124 (es decir, hace trece años), durante el transcurso de la saga My Name is Death (Progs. 1289-1294). En ella, el Juez Muerte había logrado escapar de su confinamiento, aunque viéndose obligado a abandonar a sus compañeros ante la imposibilidad de liberarlos, y con la intención de regresar a por ellos tras decidir abandonar la megaciudad y esperar el momento más propicio para volver a introducirse en ella.
 
Sin embargo, ese momento nunca se llegó a producir, ya que apenas un par de años más tarde, durante sus vagabundeos por la Tierra Maldita, Muerte había acabado desapareciendo en medio de una explosión termonuclear, arrastrado al infierno por aquellos a los que había matado y perseguido por el vengativo espíritu de una de sus víctimas que buscaba hacer justicia a su familia, tal y como se había visto al final de The Wilderness Days (Megs. 209-216). Desde entonces nada se había vuelto a saber del Juez Muerte, siendo ahora en Dark Justice cuando se ha revelado que Nausea y Phobia, las Hermanas de la Muerte, han conseguido hacerle regresar del infierno en el que se encontraba, dispuesto esta vez a liberar a sus compañeros aprovechando la precaria situación en que actualmente se encuentra Mega-City Uno, y ocupando su debilitado espíritu el cuerpo de un anónimo ciudadano llamado Cutler Davey.
 
En lo que a los otros tres Jueces Oscuros se refiere, la participación de Miedo, Fuego y Mortis en Dark Justice viene precedida de su última aparición durante el transcurso del Día del Caos. En dicha saga, uno de sus momentos más relevantes tenía lugar cuando se descubría que los antiguos Jueces Soviets habían logrado infiltrar a dos de sus durmientes en la Academia de la Ley desde que eran niños, habiéndose llegado a convertir los mismos en Jueces, y siendo uno de ellos, el Juez Haldane, el que procedía a liberar a los tres Jueces Oscuros de su encierro en la sala de contención en la que se encontraban (Prog. 1781), con el fin de desatarlos sobre la megaciudad en otro de los ataques terroristas que tenían lugar durante el Día del Caos.
Sus cuerpos físicos resultaban destruidos en los enfrentamientos con los Jueces, pero sus espíritus no tenían dificultad en poseer los cuerpos de tres ciudadanos afectados por el virus y armados hasta los dientes, siendo así como se cruzaban en el camino del conocido asesino en serie PJ Maybe, quien se ofrecía a restaurarles a su forma original.

En realidad lo que Maybe pretendía (y conseguía) era salvar su propio pellejo de la amenaza de los Jueces Oscuros, y de paso, atrapar sus espíritus para usarlos luego como mejor conviniera a sus propios fines (Prog. 1786), siendo en esa situación de cautividad, en poder de PJ Maybe, la última vez que habían sido vistos en la serie. Una situación bastante inestable pensada desde un primer momento para conducir a esta saga, puesto que la liberación de Miedo, Fuego y Mortis de la Sala de Contención vino a coincidir en el tiempo con la decisión de Wagner y Staples de llevar a cabo el regreso de los Jueces Oscuros y las primeras noticias sobre Dark Justice.
Y esto nos enlaza precisamente con otro de los personajes que aparecen en Dark Justice, interpretando un papel menor, pero del que es necesario hablar toda vez que es el dueño de la casa que aparece en la página 3, es decir, el ciudadano en cuya mansión se introduce Muerte (ocupando el cuerpo de Cutler Davey) en busca de sus “hermanos”, y al que los Jueces identifican unas páginas más tarde como Roberto Smith, sin preocuparse mucho más de él o de lo que le haya podido ocurrir. Ese personaje es, efectivamente, PJ Maybe en otra de sus suplantaciones de personalidad.
 
Tras su captura al final de Mega-City Justice (Progs. 1687-1693), Maybe había acabado haciendo un trato con los Jueces y resultaba condenado a cumplir cadena perpetua en los psicocubos (contra el criterio de Dredd, que abogaba por una rápida y eficaz ejecución), siendo en The Further Dasterdly Deeds of PJ Maybe (Progs. 1740-1742) donde el famoso asesino en serie lograba fugarse del Psicobloque en el que se encontraba gracias a la ayuda de uno de sus viejos conocidos de Ciudad Barranquilla, Don Emilio López, un antiguo Juez de la corrupta megaciudad sudamericana que es en la actualidad uno de sus más acaudalados y respetables ciudadanos gracias precisamente a la inestimable ayuda de PJ Maybe en sus tiempos como Don Pedro Montez.
 
Conseguida también a través de López la falsa identidad de Roberto Smith, Maybe se había casado recientemente con la Sra. Allegra Strepsil (Prog. 1758), una rica y anciana viuda de MegaCity de 98 años de edad y poseedora de una fortuna estimada en unos cuantos miles de millones. No hace falta decir que con vistas a cargársela y convertirse a continuación en su desconsolado viudo y heredero. De hecho, el deteriorado cadáver que aparece en la primera viñeta de la página 13 de Dark Justice es precisamente el de la desafortunada Allegra Strepsil, confirmando así el triste y presagiable destino que se le intuía tras su equivocado matrimonio con Maybe. 
Otros personajes que también hacen un breve cameo en Dark Justice, y que tienen su importancia dentro de la trama, puesto que resultan ser quienes se han encargado de liberar al Juez Muerte del limbo en el que se encontraba y de guiarle hasta donde se hallaban sus apresados compañeros, son Nausea y Phobia, las Hermanas de la Muerte, hechiceras espectrales de otra dimensión, responsables de la creación de los Jueces Oscuros y figuras desencadenantes de Necrópolis (Progs. 674-699).
 
Su última aparición hasta la fecha había tenido lugar durante el transcurso de Lúcido (Megs. 238-241), una historia de Alan Grant y Arthur Ranson aparecida dentro de las páginas de Anderson Psi División, en la que las dos hechiceras de Deadworld utilizaban la mente de un psíquico fallecido para intentar cruzar el puente entre dimensiones a través de las pesadillas que comenzaba a sufrir la Juez Anderson, tras recobrarse del coma sufrido durante su último enfrentamiento con el Juez Muerte en My Name is Death (Progs. 1289-1294) y sus posteriores consecuencias en Half Life (Megs. 214-217 y 221-236).
 
Aunque imposibilitadas de manifestarse físicamente en Mega-City Uno, son Nausea y Phobia quienes están utilizando al herido Juez Logan como conducto para manifestar su influencia psíquica en todo lo que está ocurriendo, de manera similar a cómo ambas utilizaron a la Juez Kit Agee y a la ciudadana Xena Lowther en el año 2112 para desencadenar la Necrópolis, de ahí la alusión que Anderson hace a la Juez Agee en la página 11 de Dark Justice. En aquella ocasión, Xena Lowther era quien había resultado alcanzada años atrás por el Juez Muerte, siendo ese contacto el que había permitido a Nausea y Phobia poseerla e introducirse en ella.
Ahora, de manera paralela a lo sucedido entonces, es el Juez Logan el que ha resultado alcanzado por el toque del Juez Mortis durante el transcurso del Día del Caos, durante los confusos momentos en que la Juez Beeny y él trataban de impedir su fuga y la de sus compañeros (Prog. 1784), siendo ese contacto el que ha dejado al Juez Logan entre el umbral de la vida y la muerte y le permite ser utilizado por las Hermanas como vehículo espiritual para introducirse de nuevo en la dimensión de los Jueces.
 
Es a Logan a quien la Juez Anderson está intentando exorcizar psíquicamente en la página 6 de Dark Justice, intentando así salvar su vida del efecto del contacto del Juez Mortis. Logan es uno de los Jueces asignados a Dredd y uno de sus hombres de confianza desde hace diez años, en concreto desde sus primeras apariciones a lo largo de la saga Total War (Progs. 1408-1419), no siendo un personaje del todo desconocido para nosotros puesto que ya le habíamos visto anteriormente en la versión en castellano publicada por Ediciones Kraken de Orígenes, en la que había perdido por primera vez el brazo en el que le vuelve a alcanzar el Juez Mortis durante su enfrentamiento en el Día del Caos. Tras haberle sido amputado ese brazo para tratar de evitar su muerte, el Juez Logan permanece hospitalizado en la Unidad Médica del Palacio de Justicia, no estando todavía claro si va a sobrevivir o no al contacto con el espectro.
 
En esta situación es en la que los ilusionados pasajeros/peregrinos del Mayflower deciden emprender su viaje espacial a la Tierra Prometida y los Jueces de Mega-City Uno llegan a la mansión Strepsil en busca de los Jueces Oscuros, comenzando así la cadena de acontecimientos que desembocan en Dark Justice, un (nuevo) homenaje tanto a la saga original de Bolland como una vuelta a los terroríficos orígenes de los Jueces Oscuros, que muchos fans llevaban años esperando y que nadie tenía claro si iba a llegar alguna vez.
Ahora, lo único que queda por saber es si Dark Justice tendrá algún tipo de continuación, ya que su final queda lo suficientemente cerrado como para llegar a considerarlo abierto algún día a una posible secuela, es decir, algo en cierto modo similar a lo que ocurrió en su día con aquella saga llamada Judge Death que acabaría desembocando algún tiempo después en Judge Death Lives. Quién sabe lo que puede deparar el futuro. Al fin y al cabo, todo es posible en el mundo de los tebeos, incluso el que una historia que nunca iba a llegar a existir, al final se haya acabado publicando.

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